as primeras aventuras ____las hice, o las hicimos ... ―hay que decir que cuando cuento mis experiencias _es_ una _____ constante la mezcla de singulares ___ y plurales, hablo de mí como hablo de nosotros sin darme cuenta. También me pasa con los escritos, hasta el extremo de que los que tienen la paciencia de repasarme los textos se meten un lío y me hacen notar mi poco rigor léxico. Pero me da lo mismo, precisamente este baile refleja una realidad que me gusta y a la que soy adicto―.

Es que siempre he ido en grupo. Siempre han habido compañeros. Siempre han habido amigos.

Y, antes de explicar cómo hice mis primeras aventuras y ya que he empezado un tema, aprovecharé para rematarlo.

Dentro de aquel botín con el que vuelves de cada experiencia hay un conocimiento especial, un descubrimiento. Sabrás el valor de la amistad. Y cada vez que hablo de ello se que me quedo corto al reflejar las relaciones de estima que se producen y que unen a todo el grupo. Estas relaciones afectivas y desinteresadas que se fortalecen en cada esfuerzo, en cada una de las dudas y en cada una de las peleas ...

Bueno, a lo que íbamos, que mis primeras aventuras las hice, las hicimos, en moto. Moto de "carretera" o moto de montaña ―trialera― para hacer "raids" o "expediciones". El raid (no hace falta que miréis el diccionario, ¡lo dice al revés!) Es una incursión en territorio amigo (el diccionario dice enemigo ... ), una entrada en un dominio que no es el nuestro con ganas de observar, de aprender ... ¡de vivir!

El raid, en mi opinión, hay que hacerlo en moto. Hecho en moto te integras más en el terreno, hay que mojarse cuando llueve y pasar calor cuando el sol aprieta de lo lindo, en moto te acercas más a la gente, lo notan y te reciben mejor. Cuando sales de raid se abre ante _____________ti lo desconocido, un riesgo sí, pero que te atrae porque se manifiesta como una expresión_______________ de libertad y, al fin y al cabo, es precisamente esta sensación la que deseas vivir.

m

Y "pikipiki" fue la primera palabra que aprendí en swahili ―bueno, seguro que no fue la primera, pero sí la que recuerdo con más cariño― y, como ya habréis adivinado, significa moto. Para nosotros swahili significa África y por África hicimos uno de los raids más sonados ...

Antes de ir en moto ya íbamos a la montaña, o sea que no faltó nada para ir en moto a la montaña ―sí, ya lo sé, eran otros tiempos―. Nos pusimos el reto de las cumbres de míticas montañas e iríamos hasta allí con la misma moto que luego usaríamos para subirlas ... y volveríamos. Así combinábamos el estilo del raid con la montaña. Eran las "expediciones".

Así lo hicimos y dos fueron las más épicas ...

Cuando oímos hablar de él por primera____vez nos lo imaginamos como símbolo de aventura total, un artefacto que no se podía dirigir en el sentido en el que estábamos acostumbrados, lo llevaba el viento. Era perfecto, ¡un globo sería el centro de nuestro próximo proyecto!

Era perfecto porque al no poder dirigirlo no sabes a dónde irás a parar y eso te hará estar abierto. Abierto a las cosas desconocidas y los desconocidos. Además había otro atractivo, no teníamos ni idea de cómo era ni cómo funcionaba y conocer cómo era un globo sería un tema importante porque habíamos decidido ... que nos lo construiríamos nosotros mismos.

Había que empezar a poner manos a la obra a nuestro proyecto y nada mejor que empezar volando y trabajando por la financiación. Había que poner también un nombre a nuestro primer globo y estaba cantado que sería Rodamón; no podía ser de otra forma si ya se intuía todo lo que pensábamos hacer.

El Rodamón empezó a ser popular.

Pero nosotros a lo nuestro. Por la mañana volábamos con el Rodamón y por la tarde construíamos el Tramuntana, el globo con el que volveríamos a nuestra querida África. Habíamos decidido que la atravesaríamos en globo tal como lo describe Julio Verne en su novela "Cinco semanas en globo". Los sueños ya estaban escritos en el libro, nosotros los convertiríamos en realidad. Este era el proyecto: convertir sueños en realidades.

Ellos ―en la novela― eran tres, nosotros también. Ellos construyeron el globo en Londres, nosotros en Igualada. Ellos levantan el vuelo en Zanzíbar, nosotros también. Ellos saldrían de un libro ... y nosotros lo escribiríamos.

Si al marchar hacia la aventura ya nos consideraban unos expertos en globos ―en coser y descoser os puedo asegurar que tal vez alguien lo hacía mejor que nosotros pero nadie lo hacía ¡tantas horas!― tras volar once meses por las sabanas y selvas africanas éramos unos auténticos doctorados.

Tanto que montamos una fábrica. Sí, una fábrica de globos porque nos gustó y así continuábamos convirtiendo sueños en realidades. Y sudamos para hacerlo porque nada se hace sin sudar y, precisamente, gracias a esa sudor hoy podemos innovar. El globo, pues, entraría en nuestras vidas ... y hoy en día todavía sigue.

Ultramagic no olvida ni sus deberes ―fabricar un montón de globos al año― ni sus orígenes, por eso participa en todos los eventos que puede y organiza los más aventureros. (¡Ah, me dejaba un detalle importante: los socios seguimos siendo amigos!).

Dicen que el futuro sólo es el pasado otra vez pero entrando por otra puerta. Todo lo que nos pasa tiene que ver con lo que ya hemos hecho.

Y lo que pasará también.

La aventura. La iniciativa.